Lo mío, con muchas de las sentencias judiciales, roza el delirio. Sus autores podrán tener algún tipo de justificación… porque no creo que en ellas anide la maldad deliberada. Solo me referiré a dos situaciones concretas:
• Una persona que dirige una banda (robos, alunizajes y similares) es detenida o desarticulada en virtud de una acción policial. Acumulan 30 detenciones por el mismo delito por el que han sido detenidos: pendientes de juicio, inmediatamente quedan en libertad para que sigan acumulando la 32, 33, 34…. Si a mi me tocara la 35 no sé (si pudiera) qué es lo que haría.
• Otro caso habitual: Tras un juicio un delincuente es condenado a una indemnización y a un período de reclusión. No sé lo que es peor:
1️⃣ Si el cachondeo con que el condenado recibe la sentencia al comunicarle que debe pagar (siendo insolvente) miles de euros: Ver las reacciones/expresiones faciales de estos individuos (en esos momentos) tienen que ser dignas de ser inmortalizadas en lienzos…
2️⃣ O el cabreo/ indignación/impotencia que siente un ciudadano que es agredido, robado o violado por un indeseable que fue condenado a, por ejemplo, 12 años de prisión y ha vuelto a delinquir cuando sólo han transcurrido 4 años: ¿Cómo ha sido posible?. Por la aplicación chupiguay de la normativa y reglamento penitenciario.
No obstante, nunca olvido que la responsabilidad final corresponde al poder legislativo, nuestros Parlamentarios, los que con nuestro voto permiten esto. ¡Lástima que no exista selección de especies y estas agresiones les sucediera siempre a ellos!. País!